Domingo 23 de Octubre de 1.983
El día antes la Unión Deportiva Las Palmas había perdido en casa 0-1 ante el Barcelona At. (primera temporada en 2ª División tras 18 consecutivas en 1ª) y el Barcelona había perdido 1-2 ante el Madrid. O sea, que no es descartable la teoría de que me recluyera en la música para no pensar demasiado en el fútbol.
Mi padre tiene un despacho en el que guarda hojas de papel en blanco “reciclables” y unos cuantos bolígrafos en un tarro. Como dije en la introducción, no recuerdo los motivos que llevaron en aquel momento a un niño de 12 años a escribir sus primeras canciones, tan solo 10 para empezar, y llamarlas “Mi lista personal de éxitos”.
En aquel entonces escuchaba la radio (cuánto sabor tenía la radiofórmula de Los 40 en esa época…) y pinchaba en mi tocadiscos los LP’s y singles que mi hermano, dos años mayor que yo, iba trayendo a casa. Ya aquel verano me entusiasmé cuando descubrí que había música más allá del grupo Parchís, y comencé a escuchar las canciones que a mi hermano le grababa un compañero del colegio en una cinta. La ponía y preguntaba quién era este grupo o aquella otra cantante.
Finalmente, como digo, aquella mañana (sí, mañana, porque las tardes tocaba carrusel deportivo) me senté en el escritorio de mi padre y empecé a escribir. Éste fue el resultado. Los números con decimales que aparecen al final de cada canción eran la media de una nota que les ponía a cada tema. Esa nota luego decidí ponerla tres veces en semana, lunes, miércoles y viernes, y así iba “pulsando” mis gustos en cada momento, para que el domingo la calculadora me dijera el orden en que debía poner los temas en mi nueva lista.
El día antes la Unión Deportiva Las Palmas había perdido en casa 0-1 ante el Barcelona At. (primera temporada en 2ª División tras 18 consecutivas en 1ª) y el Barcelona había perdido 1-2 ante el Madrid. O sea, que no es descartable la teoría de que me recluyera en la música para no pensar demasiado en el fútbol.
Mi padre tiene un despacho en el que guarda hojas de papel en blanco “reciclables” y unos cuantos bolígrafos en un tarro. Como dije en la introducción, no recuerdo los motivos que llevaron en aquel momento a un niño de 12 años a escribir sus primeras canciones, tan solo 10 para empezar, y llamarlas “Mi lista personal de éxitos”.
En aquel entonces escuchaba la radio (cuánto sabor tenía la radiofórmula de Los 40 en esa época…) y pinchaba en mi tocadiscos los LP’s y singles que mi hermano, dos años mayor que yo, iba trayendo a casa. Ya aquel verano me entusiasmé cuando descubrí que había música más allá del grupo Parchís, y comencé a escuchar las canciones que a mi hermano le grababa un compañero del colegio en una cinta. La ponía y preguntaba quién era este grupo o aquella otra cantante.
Finalmente, como digo, aquella mañana (sí, mañana, porque las tardes tocaba carrusel deportivo) me senté en el escritorio de mi padre y empecé a escribir. Éste fue el resultado. Los números con decimales que aparecen al final de cada canción eran la media de una nota que les ponía a cada tema. Esa nota luego decidí ponerla tres veces en semana, lunes, miércoles y viernes, y así iba “pulsando” mis gustos en cada momento, para que el domingo la calculadora me dijera el orden en que debía poner los temas en mi nueva lista.
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